En los días siguientes al huracán, uno de los lugares más concurridos en Hato Rey era el edificio central de AEELA, la Asociación de Empleados del ELA, o, más bien, del gobierno de Puerto Rico. La razón es muy sencilla; miles de empleados gubernamentales acudieron allí a tomar préstamos de emergencia, acogiéndose a uno de los beneficios que le ofrece la entidad a sus miembros.
Según me documentó la gerencia de la Asociación, a preguntas mías, en menos de tres semanas se emitieron miles de préstamos por más de $40 millones.
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Dr. Juan Lara, Socio
Advantage Business Consulting
El Nuevo Día, 24 de octubre de 2017