Una de las instituciones que marcaron el rumbo de la modernidad en Puerto Rico, y de las cuales los puertorriqueños nos sentimos justamente orgullosos por muchos años, ha terminado por convertirse en emblema de la disfuncionalidad de nuestros procesos políticos y económicos. El lunes, el gobernador Ricardo Roselló Nevares anunció formalmente lo que la Junta de Supervisión Fiscal ya había dicho varios meses antes: que la privatización será una pieza clave de la reforma energética que necesitamos desde hace décadas y que después del huracán María ya no se puede aplazar más.
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Dr. Juan Lara, Socio
Advantage Business Consulting
El Nuevo Día, 24 de enero de 2018