En medio de la confusión que impera en estos días, por la increíble secuencia de revelaciones y alegaciones en torno a contratos y contratistas en el gobierno de Puerto Rico, cabe preguntarse si todavía hay espacio para ejecutar un plan de ajuste y reconstrucción que permita enderezar el rumbo de nuestra maltrecha economía.
Puede parecer inoportuno hablar de la economía en estos momentos, cuando el país entero está enfocado en lo que parece ser una crisis de gobernanza. Pero no olvidemos que tenemos la dudosa distinción de arrastrar una de las depresiones económicas más largas en la historia económica del mundo reciente (casi a la par con Grecia), y que tras la quiebra del gobierno sufrimos el azote de un desastre natural devastador.
Deberíamos estar, como país, unidos y enfocados en recuperarnos y superarnos. Sin embargo, en lugar de eso, estamos perplejos ante la racha de noticias sobre la impugnación de instituciones públicas esenciales para el buen funcionamiento del gobierno.
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Juan Lara Tribuna Invitada El Nuevo Día lunes, 24 de junio de 2019