Mi amigo Jorge Rodríguez, quien dirige la Fundación Libertad Económica, redactó recientemente una buena columna sobre el tope salarial en el Baloncesto Superior Nacional (BSN). Aunque usualmente coincido con Jorge, en esta ocasión tengo que diferir.
El planteamiento de libre mercado es que no hay razón para tener topes de salarios de $45,000 como el que establece el BSN. Así pues, se puede argumentar que sean las fuerzas del mercado las que determinen los salarios en el BSN.
En la mayoría de las industrias, el líder de la industria tiene éxito financiero si consigue aplastar a la competencia. Cuando Google domina el mercado de búsquedas de internet, atrae tráfico y obtiene ganancias extraordinarias. Entre mayor sea el dominio de Google sobre su industria, mejor su condición financiera.
Esto no sucede con el deporte profesional. Si un equipo de baloncesto domina el torneo de tal manera que cuando más cerca los otros equipos están del campeonato es en el instante del pitido inicial, se desploma el interés, baja la asistencia y la industria se contrae.
El éxito financiero va a ser mayor si Bayamón y Carolina se enfrentan en una final de partidos cerrados que si uno de los equipos se impone en cuatro juegos por márgenes de sobre 20 puntos. Ante esta situación, el permitir el libre mercado absoluto es contraproducente para la liga.
La liga de BSN utiliza el tope de salarios. Es una de muchas alternativas. Los equipos de mercados pequeños pueden competir. Mientras, los equipos de mercados grandes tienen flujos de caja positivos, pero no pueden reinvertir el dinero en jugadores. El peligro es que, por lo bajo, se incumpla con la regla.
En este momento voy a necesitar que me excusen porque soy fanático del béisbol y esa es la industria que conozco mejor.
En el béisbol de grandes ligas no hay tope salarial. Los equipos están en libertad de pagar lo que sea. Sin embargo, se usan un par de mecanismos para balancear los equipos de mercados grandes con los de mercados pequeños.
El primero es un impuesto a los salarios del equipo. Si un equipo excede de un total salarial de $233 millones, tiene que pagar un impuesto que se reparte entre los demás equipos. En el 2023 solo tres equipos excedieron el tope de forma significativa (Mets, Yankees y Padres).
El segundo es una distribución de los derechos de televisión. Como los Estados Unidos son tan grandes, los mercados televisivos son diferentes. Lo que se paga por los derechos televisivos en mercados como Los Ángeles, Chicago y Nueva York se comparte con los equipos de Kansas City, Cincinnati y Pittsburgh.
No siempre los equipos de mayor nómina son los más exitosos. Este año, los Orrioles y los Rays son de los equipos con nómina más baja y por el momento lideran a los Yankees y los Red Sox. Sin embargo, no hay duda de que existe una correlación positiva entre mayor nómina, mejores jugadores y buenos resultados en el campo de juego. De ahí, la necesidad de algún tipo de reglamentación de balance competitivo.
Como bien promueve Jorge, el libre mercado es el mecanismo mediante el cual las sociedades a través del mundo y la historia han progresado. A veces, ese libre mercado tiene que ser reglamentado para que produzca el mayor beneficio para todos.