Los datos preliminares de nacimientos (17,772) y fallecimientos (33,413) en Puerto Rico en el 2023 han causado preocupación. Antes de tomar en cuenta la migración, la población de Puerto Rico declinó en 15,641 personas. Lo interesante del caso es que las soluciones están a la mano, pero su implantación es difícil.

Una medida que ha probado ayudar en algo a fomentar la fecundidad es el cuido de los niños. Francia, una de las naciones europeas con relativas altas tasas de fertilidad, tiene un sistema abarcador de cuido de menores.

Cerca del 60% de los niños en Francia reciben servicio de cuido antes de los tres años. A partir de la referida edad, el cuido de cada menor es obligatorio y gratuito. Además, durante los veranos se ofrecen campamentos subsidiados, según el ingreso de los padres. ¿Quién lo paga? Los residentes de Francia mediante sus impuestos.

Otro mecanismo para promover la fecundidad es subsidiar la vivienda de los adultos con menores. De otra forma, tener hijos requiere conseguir vivienda más amplia y, por lo tanto, más costosa. Tener hijos se convierte en un pasaporte a estilos de vida más modestos. Sin embargo, en Puerto Rico subsidiamos la vivienda de adultos mayores, pero no la de padres con hijos.

Por lo tanto, se requieren recursos financieros para mejorar la opción que implica tener hijos. Es obvio que los recursos tienen que provenir del resto de la población que no tiene hijos. Se pueden reducir los servicios a otros segmentos de la población o aumentarles los impuestos. Aquí se traba la discusión.

Los sistemas de pensiones del gobierno de Puerto Rico eran un ejemplo de quitarle recursos a los más jóvenes para pasárselo a los individuos de mayor edad. Se requirió la quiebra del gobierno de Puerto Rico y una imposición del Tribunal para arreglar los sistemas de pensiones.

Esta dificultad de enfrentar los retos demográficos no se limita a Puerto Rico. En los Estados Unidos se enfrentan a la quiebra del sistema del Seguro Social en el 2032. Algunos analistas, como el miembro de la Junta de Supervisión Fiscal de Puerto Rico, Andrew Biggs, han dado la voz de alerta sobre la necesidad de cambios. Sin embargo, las medidas necesarias son la reducción de beneficios y/o el aumento en las aportaciones. Por lo tanto, no se perfilan cambios hasta que el 2032 esté a la vuelta de la esquina.

Las circunstancias nos fuerzan a hacer cambios. El Seguro Social ya aumentó la edad de pensión completa de 65 años a 67 años. Los sistemas de pensiones del gobierno de Puerto Rico se transformaron.

Tenemos un problema serio de demografía. La discusión no será productiva si no identificamos los recursos que vamos a canalizar para atender el reto demográfico. Al igual que con el Seguro Social, esto implica mayores impuestos o menores beneficios a ciertos segmentos de la población. Requerimos discusiones sobre el balance entre las distintas generaciones.