You are currently viewing Requisitos de trabajo: de la Sonora ponceña a El gran combo

Requisitos de trabajo: de la Sonora ponceña a El gran combo

A primera vista, el Big Beautiful Bill recién aprobado en Estados Unidos, tuvo un impacto marginal en las finanzas de los puertorriqueños. Cuando miramos de cerca, observamos que representa un cambio de paradigma.

Puerto Rico recibe transferencias en bloque para el Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y para el Plan Vital (Medicaid) y es el gobierno de Puerto Rico el que los distribuye a los ciudadanos. Esto es diferente a Estados Unidos, donde las transferencias son directas del gobierno federal a los individuos, aunque con intervención estatal. Por lo tanto, los cambios en requerimientos de elegibilidad del Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP) y Medicaid a nivel de Estados Unidos no nos afectan inmediatamente.

Sin embargo, ambos programas tuvieron un cambio de paradigma a nivel de Estados Unidos continentales en términos de requisitos de trabajo. En ambos casos, para ser beneficiario, hay que trabajar un mínimo de 80 horas mensuales, si la persona tiene entre 19 y 64 años. Por supuesto, existen grupos a los que no aplica el requisito, como por ejemplo cuidadores de menores de 14 años e incapacitados.

Ese cambio de paradigma comparado con Puerto Rico es brutal. Sin embargo, hasta el momento hemos tenido muy poca reacción en la isla. Por ahora, no vemos aquí grupos políticos agitando para insertar requisitos de trabajo a estos programas. Todavía observamos como normal una brecha grande de participación laboral entre Puerto Rico y Estados Unidos.

Los nuevos requisitos de trabajo de Medicaid comenzarán a partir de 2027. Los estados necesitan tiempo para prepararse e implantarlo apropiadamente. El plan de Puerto Rico es presentarse en 2027 al Congreso y decir que, si nos exigen el requisito de trabajo, lo vamos a implantar, pero, si no nos lo exigen, no lo vamos a implantar.

La paridad en estos programas forzosamente implica adoptar los requisitos de trabajo de los programas federales. Sin embargo, de continuar recibiendo transferencias en bloques, rechazar los requisitos de trabajo nos pone en una situación incómoda. Estaríamos pidiendo recursos para beneficiar a personas que en Estados Unidos no serían elegibles porque no trabajan.

Sergio Marxuach, del Centro para la Nueva Economía, levantó bandera, de forma muy acertada, al plantear que los requisitos de trabajo no han tenido un buen desempeño en Estados Unidos. No han incrementado el empleo y su burocracia terminó sacando de los programas a personas que deberían ser elegibles.

Dicho esto, no podemos rechazar de plano los requisitos de trabajo. Particularmente en Puerto Rico donde recibimos la asignación como una cantidad fija y los requisitos de trabajo tienen el potencial de dirigir los fondos de estos programas hacia quienes realmente los necesitan.

Con esto en mente, Puerto Rico podría desarrollar planes piloto en los que los requisitos de trabajo se adapten a la realidad local. Por ejemplo, quizás la exención por cuido deba ser hasta que el menor cumpla los 18 años o que el gobierno brinde cuidado extendido al menor.

El éxito de la Sonora Ponceña, Amanecer, de 1978, coreaba como el trabajador, como el ruiseñor, madrugador, se levanta temprano y va derechito pa’l trabajo. El éxito del Gran Combo, en 1983, Y No Hago Más Na, es una oda a la vagancia y al mantengo. El coro, muy popular, dice: “qué bueno es vivir así, comiendo y sin trabajar”.

Imponer requisitos de trabajo tiene el potencial de mejorar la fibra de nuestra sociedad. Además, puede representar un mejor uso de los fondos federales y nos ofrece una posición más fuerte desde donde reclamar paridad.

No podemos minimizar los retos de diseñar e implementar un programa de nuevos requisitos de trabajo. Por eso, debemos actuar ahora y no esperar a que los federales nos impongan los requisitos de trabajo porque “hay fuego en el 23”.