El primer semestre del 2023 ha sido bueno para la economía de Puerto Rico. El Índice de Actividad Económica aumentó de 125.0 en diciembre del 2022 a 126.5 en abril 2023, última fecha de publicación.

La preocupación es si el crecimiento es resultado de las transferencias federales producto del huracán María y del COVID. La respuesta es que solo en parte, por lo que no se perfila ningún desplome según culminan dichas transferencias federales.

No hay duda de que los fondos federales han sido instrumentales en generar crecimiento en Puerto Rico. En febrero del 2020, antes de la pandemia, el Índice de Actividad Económica se ubicaba en cerca de 122. Luego del desplome producido por la pandemia, el índice creció hasta superar los 126 a principios del 2022. Esto claramente se explica por transferencias atadas a programas para atender la emergencia de salud de la pandemia.

Durante el 2022 se fueron extinguiendo los fondos de la pandemia y la economía desaceleró. Por lo tanto, la economía ya absorbió parte de la caída de lo que fue una bonanza en transferencias federales.

La recuperación del 2023 se debe en parte a obras de construcción permanentes relacionadas con el huracán María que van a continuar durante años. Además, a pesar de su disminución, continúan fluyendo fondos relacionados con la pandemia. Finalmente, la recuperación del 2023 también se debe a muchos otros factores.

En Puerto Rico nos hemos beneficiado del “shared economy”. No fue necesario el largo proceso de permisos y construcción de hoteles para sostener un fuerte crecimiento en el turismo. Los alquileres a corto plazo atendieron buena parte del crecimiento en la demanda por hospedaje. De la misma manera, Uber atendió parte de la necesidad de transporte terrestre, tanto de turistas como de residentes.

El costo de producir energía solar a nivel mundial ha venido declinando. Resulta que Puerto Rico está ubicado en el Caribe y se está beneficiando de un aumento en las instalaciones de energía solar.

El trabajo remoto ha abierto posibilidades que no existían antes. Por un lado, empleados en Puerto Rico cuyo patrono se encuentra fuera de la Isla. Al mismo tiempo, tenemos operaciones en Puerto Rico ofreciendo servicios en los EE.UU. Por ejemplo, hay operaciones de servicios legales localizadas en la Isla atendiendo clientes del exterior.

El gobierno ha sido prudente en cuanto a su manejo fiscal, en parte por las limitaciones que le ha puesto la Junta de Supervisión Fiscal. La aprobación del plan de pagos de la deuda del gobierno central permitió atender el desastre fiscal que se venía arrastrando desde hace años.

Al momento del acuerdo, algunos clamaron de que la deuda ajustada todavía era demasiado grande y no se podía pagar. Hasta ahora se ha pagado, incluyendo la carga producto de la quiebra del sistema de retiro. Mientras, como no se ha podido tomar prestado, según pasa el tiempo, el total de deuda va bajando.

Finalmente, se ha limitado la intervención gubernamental en la economía. Ideas desatinadas como la licencia para personas menstruantes se han quedado en el tintero. Mientras, el sector privado ha estado creciendo, los salarios han aumentado y la participación laboral alcanzó su nivel más alto en una década.

Nos enfrentamos a grandes retos. El tema demográfico es por mucho el de mayor preocupación. Otros asuntos son el ajuste de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica y el final de los fondos atados a la pandemia.

Sin embargo, la economía tiene la solidez necesaria como para que el fin de los fondos federales no traiga un desplome.