La doctora Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard, acaba de recibir el Premio Nobel de Economía por sus trabajos relacionados con la mujer en la fuerza laboral. Goldin es la tercera mujer en recibir ese prestigioso galardón del que se han otorgado un total de 93, pero es la primera en ganarlo de forma individual, sin compartirlo con colegas hombres.
Las investigaciones de Goldin concluyen que la maternidad es un elemento central para explicar la participación laboral femenina y la diferencia de salarios entre mujeres y hombres en el ámbito profesional.
Según Goldin, la participación laboral femenina se redujo según los empleos pasaron del sector agrícola al sector de la manufactura. En el pasado, se ha subestimado la participación laboral de la mujer en el sector agrícola porque a menudo las mujeres no recibían salarios, sino que trabajaban en fincas familiares.
El cambio de la economía de manufactura a servicios conllevó un incremento en la participación laboral femenina. Se necesitaban ejércitos de trabajadores clericales en las oficinas y las mujeres fueron el componente principal de este ejército.
Durante el Siglo XX hasta la década de 1950, las mujeres en los Estados Unidos a menudo detenían su educación universitaria por varias razones. Goldin asigna dos razones significativas y una razón principal. Primero, los modelos que tenían eran de sus madres como amas de casa. Segundo, la expectativa de permanecer poco tiempo en la fuerza laboral implicaba que no hacía sentido financiero invertir en completar su educación universitaria.
Sin embargo, el problema principal con la participación laboral de las mujeres previo a la década de 1950 era la maternidad. No era posible controlar efectivamente cuándo tener hijos y cuántos tener. Una vez se tenían hijos, la responsabilidad principal por su cuidado recaía sobre la madre.
La llegada de la píldora anticonceptiva alteró la capacidad de las mujeres planificar su vida personal y profesional. Por lo tanto, se observaron incrementos sustanciales en el número de mujeres completando estudios universitarios.
No obstante, se mantuvo un diferencial entre la paga de los hombres profesionales y la paga de las mujeres profesionales. Según Goldin, la razón principal para la diferencia no es discrimen laboral. Es la maternidad y las costumbres sociales de responsabilidades en el hogar. Esto último tiene un fuerte componente cultural.
La dificultad de las madres trabajadoras es que, en el Siglo XXI, la responsable principal del cuido de los hijos en los Estados Unidos (y en Puerto Rico) es la mujer. Muchas interrumpen sus carreras para atender sus hijos. Otras no están disponibles para trabajos que excedan las 40 horas semanales.
Las empresas tienden a pagar más a empleados que no interrumpen su carrera para cuidar hijos. Aún las mujeres que deciden continuar trabajando después de tener hijos están en desventaja. Las empresas pagan más por empleados profesionales que están disponibles para trabajar más de 40 horas semanales.
Una dificultad bastante obvia tiene que ver con la salida de los hijos de la escuela. Si el menor sale de la escuela a las 3:00 PM, ¿cuántos trabajos ofrecen la flexibilidad de finalizar a las 2:30 PM para salir a buscar y cuidar niños? Además, ¿cuán accesible está el costo de tutorías para una madre de ingresos limitados?
Es importante destacar que es una gran pérdida económica para la sociedad si las mujeres no alcanzan su potencial. Las investigaciones de Goldin apuntan a que estar lucubrando sobre licencias para personas menstruantes es una pérdida de tiempo. Por otro lado, si el gobierno subsidia cuidos de menores hasta las 6:00 PM, podría ayudar a las mujeres a trabajar y progresar económicamente.