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Caída de la natalidad: hay que oír la voz de las mujeres

En un programa de televisión local se debatió recientemente sobre la baja tasa de natalidad en Puerto Rico. El panel estuvo compuesto por dos médicos y un economista, todos varones. La solución propuesta, sin la participación de mujeres, fue la gran idea de instar a que ellas comiencen a parir. El tema, obviamente, es mucho más complejo que esa visión tan simplista.

La caída en los nacimientos y el aumento de la población adulta son fenómenos globales. Muchos países desarrollados llevan años enfrentando este reto y explorando diferentes estrategias para incentivarlo. En Puerto Rico, es crucial abordar este desafío de manera integral, considerando el acceso a cuidado infantil, vivienda asequible, educación pública de calidad y servicios de salud.

Mantener a un niño es cada vez más costoso. El gasto en cuidados puede representar más del 30% del ingreso mediano de una familia trabajadora. Al entrar en la escuela, muchos padres se ven obligados a matricular a sus hijos en escuelas privadas debido a las deficiencias del sistema público, lo que incrementa aún más los costos.

Como profesional y madre de dos niños, he notado una desconexión entre el mercado laboral y los servicios de cuidado infantil y educativo. La mayoría de estos servicios cierran entre las 2:30 p.m. y 3:00 p.m. ¿Cuántos empleadores permiten que sus trabajadores salgan temprano para recoger a sus hijos? Esto obliga a muchas familias a pagar por el período extendido, aumentando su carga financiera.

Los horarios de las escuelas y programas como Head Start hacen que muchas parejas deban decidir quién trabaja o si uno de los dos debe hacerlo a medio tiempo. Las madres solteras enfrentan el desafío de equilibrar responsabilidades laborales y familiares.

La política pública debe centrarse en aumentar la participación laboral de las mujeres. Puerto Rico ya tiene estructuras que pueden apoyarlas. Una opción viable sería utilizar el programa de Head Start como base y ofrecer subsidios financiados con fondos estatales para cubrir las horas adicionales de cuidado infantil. Esto sería una forma costo-efectiva de apoyar a las familias, aprovechando infraestructuras existentes.

También es vital mejorar el acceso a viviendas asequibles para que las familias se queden en Puerto Rico. Mientras existen programas para ancianos y hogares de bajos recursos, faltan iniciativas para la clase media trabajadora.

Para construir un mejor Puerto Rico y mejorar nuestro perfil demográfico, debemos atender las necesidades actuales, especialmente de los hogares con hijos. Es responsabilidad de todos los puertorriqueños crear conciencia e incluir a las mujeres jóvenes en esta conversación.