Según pasan los días, más atención se concentra en el impacto económico del COVID-19 y la posterior recuperación. Esto de la pandemia implica terreno desconocido para los economistas, pero algunos consensos están surgiendo.

El primero es sobre la profundidad de la caída en la producción. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés)  proyecta que los países miembros inicialmente experimentarán una caída del Producto Bruto de entre 20 y 25 por ciento. Mientras, la Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO) emitió una proyección de negativo 26 por ciento para la economía de los Estados Unidos durante el segundo trimestre del 2020. El cálculo es consistente con los estimados de la OECD.

La razón para que la caída no sea mayor se debe a que amplios sectores de la economía están operando a capacidad o parcialmente. En el caso de Puerto Rico, el gobierno sigue pagándole a sus empleados, por lo que en términos económicos es como si siguieran operando. Diferentes sectores como el de salud, la banca, manufactura de fármacos y comida, incluyendo supermercados, restaurantes, así como gasolineras y farmacias siguen operando. Además, los sectores de educación y servicios profesionales en general operan con su personal desempeñando sus labores en remoto, desde sus hogares. 

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TRIBUNA INVITADA
El Nuevo Día
Por: Vicente Feliciano 
lunes, 6 de abril de 2020