El gobierno central propone distribuir recursos a los municipios de manera objetiva y a base de fórmulas. Es un cambio estructural en la relación entre el gobierno central y los municipios, escribe Vicente Feliciano

El nuevo plan fiscal certificado por la Junta de Supervisión Fiscal aborda el tema de una reforma de los gobiernos municipales. La forma en que se ha tratado de ejecutar dicha reforma en los pasados planes fiscales ha sido infructuosa. Es tiempo de repensar la estrategia.

Una de las limitaciones en los análisis de la Junta es atender a los municipios a base de promedios de los 78 municipios. El problema es que tomar dos duchas a 100 grados de temperatura es agradable, pero tomar dos duchas, una a 40 grados y otra a 160, no es lo mismo porque la primera es casi congelada y la segunda casi hirviendo.

Realizar el análisis a base de 78 municipios es apropiado pero incompleto. Es necesario complementar el análisis general con estudios específicos a nivel de municipios individuales. Si se analiza agrupando los 78 municipios, a un dólar en San Juan se le da igual peso que a un dólar en Comerío.

La política de la Junta, plasmada en sus planes fiscales, es la eliminación del Fondo de Equiparación que distribuye recursos del Fondo General del gobierno central a los municipios y que llegó a representar $279 millones. La Junta no ha desarrollado un mecanismo para canalizar recursos del gobierno central a los municipios de forma efectiva.

Recientemente, el gobierno central propuso un Fondo de Servicios Esenciales Municipales (FSEM) de $150 millones. Al igual que el Fondo de Equiparación, transfiere recursos del Fondo General a los municipios. Contrario al Fondo de Equiparación, la distribución es a base de criterios objetivos.

La propuesta del gobierno central parte del hecho de que en algunos municipios existe una brecha estructural entre la vulnerabilidad de los residentes del municipio y la capacidad económica del municipio. Por más bien que se administren municipios como Loíza y Orocovis, no hay forma de cerrar la brecha entre vulnerabilidad y recursos.

Por tal motivo, la propuesta del gobierno central es que a mayor sea la brecha entre vulnerabilidad y recursos, mayor sea la cantidad que recibe el municipio de parte del FSEM. El propósito del FSEM no es ayudar a los municipios que por posible mala administración puedan estar en déficit. Es canalizar recursos hacia los municipios que lo necesitan, aun cuando estén bien administrados.

La consolidación de municipios no resuelve el problema al que el FSEM está dirigido por dos motivos. Por un lado, al consolidar municipios, la población comoquiera tiene que ser atendida. Comoquiera hay que recoger la basura, tapar hoyos de carretera y ofrecer servicios de ama de llaves. Por otro lado, por lo regular, con la consolidación se pierden fondos federales. Muchos programas federales se distribuyen a los municipios y usualmente dos municipios separados reciben más que un solo municipio con la población consolidada.

Así que el gobierno central propone distribuir recursos a los municipios de manera objetiva y a base de fórmulas. Es un cambio estructural en la relación entre el gobierno central y los municipios. En teoría, debería ser el tipo de cambio estructural que está tratando de adelantar la Junta.

Es necesario llevar a cabo reformas a nivel municipal. En esa línea, el FSEM es una reforma positiva que complementa y es consistente con otros esfuerzos de la Junta. El FSEM ya recibió el respaldo tanto de la Asociación como de la Federación de Alcaldes. Debería ser aprobado por la Junta.