En términos generales, los impuestos tienen un efecto negativo en la economía. Sin embargo, algunos son peores que otros. El impuesto a los inventarios es de los peores. La razón es que lo pagamos de varias formas.
En primera instancia, el impuesto al inventario lo pagan los consumidores y las empresas mediante precios más altos. La teoría económica indica que cuando se aumentan los costos de las empresas, estas pasan el costo a sus clientes.
En el caso de venta al detal, no sabemos exactamente cuánto del impuesto se les transfiere a los clientes. Sin embargo, a la luz de la situación del comercio al detal, es razonable presumir que la inmensa mayoría del impuesto se le está pasando a los clientes. El comercio al detal en Puerto Rico se está contrayendo, tanto en términos de tiendas como de empleo.
El número de tiendas ha disminuido de casi 10,000 en el 2010 a cerca de 8,600 en el 2020. Grandes cadenas como K-Mart, Sears, JC Penney, Bed, Bath & Beyond, Ann Taylor, Best Buy, Forever 21, Bose, Nordstrom y Saks Fifth Avenue han cerrado tiendas en Puerto Rico.
En parte esto se debe a la declinación de la población residente. Sin embargo, también se debe a la transición de comercio al internet. El impuesto al inventario pone en desventaja a las tiendas que operan en la isla cuando compiten con empresas como Amazon. Además, obstaculiza la incursión en el comercio por internet a las empresas que desean operar desde Puerto Rico.
Radican medida para eliminar el impuesto al inventario
Por lo tanto, además del aumento en los precios, el impuesto al inventario lo estamos pagando con menos empleo. Al presente, el comercio por internet ya representa cerca del 15% del comercio al detal.
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TRIBUNA INVITADA El Nuevo Día Por: Vicente Feliciano Miércoles, 14 de abril de 2021
