La aprobación del Plan de Ajuste de la Deuda por parte de la legislatura es la antesala para cerrar el capítulo de la quiebra y marchar hacia el futuro. Como un individuo que sale de un proceso de quiebra, Puerto Rico saldría con un plan de pago manejable y, con suerte, la resolución de no repetir los elementos que nos llevaron a la quiebra.

El plan de pago tiene tres componentes: un pago anual de bonos de $1,150 millones, un pago anual de pensiones de $2,050 millones al año y un posible pago contingente. Es un compromiso entre las muchas partes envueltas en el pleito.

El primer componente es una reducción comparada con sobre $3,000 millones que había antes de pasar por el proceso de quiebra. El segundo es una cuenta que le deja una generación de puertorriqueños a las generaciones de puertorriqueños más jóvenes.

El tercer componente está relacionado con una disputa entre los bonistas y la Junta. Los bonistas piensan que las proyecciones de recaudo de la Junta son demasiado conservadoras. El compromiso fue que, si los recaudos exceden lo proyectado, parte del excedente va para los bonistas.

En el corto plazo es una carga manejable. En particular porque la Junta de Supervisión Fiscal fue conservadora en sus proyecciones de recursos disponibles al gobierno de Puerto Rico. La partida que se ha señalado con más frecuencia es la de transferencias de Medicaid (Plan Vital) donde la Junta proyecta una aportación del gobierno de Puerto Rico de unos $1,500 millones y, gracias a transferencias federales, la aportación podría estar en cerca de los $800 millones.

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TRIBUNA INVITADA
El Nuevo Día
Por: Vicente Feliciano
Martes, 19 de octubre de 2021